En 1924 , solo 2 años después de la publicación de Ulises de James Joyce , apareció esta novela de un desconcertante vanguardismo , sin parangón en la obra literaria mundial de esa época.
El poderoso estilo riveriano resultó único e irrepetible. A su lado palidece la producción de Gabriel García Márquez, se torna insulso Borges y el mismo Joseph Conrad se muestra adocenado ante la impetuosa hermosura de su escribir...(continúa)
" El día que salimos al Orinoco, un niño de pechos lloraba de hambre. El Matacano, al verlo lleno de llagas por las picaduras de los zancudos, dijo que se trataba de la viruela, y, tomándolo de los pies, volteólo en el aire y lo echó a las ondas. Al punto, un caimán lo atravesó en la jeta, y, poniéndose a flote, buscó la ribera para tragárselo. La enloquecida madre se lanzó al agua y tuvo igual suerte que la criaturilla. Mientras los centinelas aplaudían la diversión, logré zafarme las ligaduras, y, rapándole el grazt al que estaba cerca, le hundí al Matacano la bayoneta entre los riñones, lo dejé clavado contra la borda, y, en presencia de todos, salté al río.
Los cocodrilos se entretuvieron con la mujer. Ningún disparo hizo blanco en mí. ¡Dios premió mi venganza y aquí estoy! "