Sonntag, 25. Oktober 2009
Donnerstag, 1. Oktober 2009
Túquerres
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Alexander von Humboldt , después de recorrer el mundo conocido vino a Sudamérica. De regreso en Alemania escribió: "la mesa de Túquerres, Colombia, me impresionó como una de las regiones más hermosas de la Tierra" ("Reise in die Aequinoctial-Gegenden des neuen Continents"). Eso me decidió para entrar a Colombia por Ipiales y atravesar Túquerres. Mi viaje resultó divertido por culpa de los pastusos y lo cuento en otra parte del blog. Pero han pasado muchos años y sigo compartiendo la opinión de von Humboldt.
Y bueno... en Túquerres también hay un poco de charamusca.
Dienstag, 15. September 2009
Un genio literario
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En 1924 , solo 2 años después de la publicación de Ulises de James Joyce , apareció esta novela de un desconcertante vanguardismo , sin parangón en la obra literaria mundial de esa época.
El poderoso estilo riveriano resultó único e irrepetible. A su lado palidece la producción de Gabriel García Márquez, se torna insulso Borges y el mismo Joseph Conrad se muestra adocenado ante la impetuosa hermosura de su escribir...(continúa)
" El día que salimos al Orinoco, un niño de pechos lloraba de hambre. El Matacano, al verlo lleno de llagas por las picaduras de los zancudos, dijo que se trataba de la viruela, y, tomándolo de los pies, volteólo en el aire y lo echó a las ondas. Al punto, un caimán lo atravesó en la jeta, y, poniéndose a flote, buscó la ribera para tragárselo. La enloquecida madre se lanzó al agua y tuvo igual suerte que la criaturilla. Mientras los centinelas aplaudían la diversión, logré zafarme las ligaduras, y, rapándole el grazt al que estaba cerca, le hundí al Matacano la bayoneta entre los riñones, lo dejé clavado contra la borda, y, en presencia de todos, salté al río.
Los cocodrilos se entretuvieron con la mujer. Ningún disparo hizo blanco en mí. ¡Dios premió mi venganza y aquí estoy! "
Montag, 14. September 2009
Samstag, 12. September 2009
Freitag, 11. September 2009
Domingodó
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Esta hermosa jovencita lava la vajilla en Domingodó, a orillas del río Atrato, zona actualmente militarizada. Su mirada trasluce una cierta desazón.
Cuando en esos años desembarqué unas horas en ese pequeño poblado, me tocó observar un espectáculo emocionante. En la noche la calle principal (sí, había solo una) se veía desierta y apagada. A pocos metros del río la jungla oscura, impenetrable, cerraba la noche sin luna. Era Sábado. Caminando en pos de un rumor creciente, traspasé la puerta de un enorme galpón y me encontré bajo el fuego de luces fluorescentes azules , y a unas doscientas parejas bailando al compás , abstraídas en la mágica danza, en un ritmo que después reconocí en la cumbia cienaguera.
Y el impulso llegaba desde adentro como el más poderoso efluvio de vida que jamás hubiese conocido, como embriagante alegría , y mi corazón se estremecía al captar el ruido unísono de tantos pies sobre la madera.
En ese remotísimo rincón del territorio , en las fronteras de la nada , en la noche más oscura de la tierra , había una canción que sobrevolaba la selva, las corrientes y las tormentas , elevándose hacia miríadas de estrellas.
Fué uno de los momentos en que toqué el espíritu de ese pueblo estoico.
¡ Y quedé maravillado !